Mis dos manos son mis ojos
Rafael está trabajando, como sabéis, con niños, jóvenes invidentes. Hoy nos envía estas líneas:
Os envío esta poesía de Abdul Aziz, uno de nuestros niños invidentes aventajados, adolescente ya.
Creo que con su lectura comprenderéis mejor el mundo de estos niños y la razón por la que estamos comprometidos con ellos y la satisfacción que nos aportan verlos crecer, abrirse a la sociedad en la que estaban confinados y hablarnos de sus proyectos y ganas de ocupar un lugar digno en ella.
No solo es que merezcan nuestro respeto, es que nos emociona la energía y determinación de que son capaces cuando se deciden a salir de su ostracismo.
En eso estamos.
Mis dos manos son mis ojos
Lo que veo es oscuridad,
todo es oscuro a mi alrededor.
No veo.
Me gustaría contemplar la belleza de tu rostro
y de la naturaleza
que percibo por tus palabras y el rumor de los árboles.Sí, soy invidente,
me rodea la oscuridad.
Así es mi vida y así la amo;
así lo ha querido Dios en su inmenso amor
y así la amo porque puedo sentir la bondad y la belleza,
escuchar una sonrisa acogedora
y sentir la dulzura de tu mano amorosa
que me tiendes
y se posa sobre mí.
Soy feliz porque puedo contar con tu amor
y cariño
porque me quieres tal como soy
porque sabes que puedo vivir con dignidad e independencia
por la sensibilidad de mis manos
con las que hago maravillas.
Quiero mostrar que no es una fatalidad
si mis ojos no ven.
Con nuestro esfuerzo
y nuestras manos
podemos crear,
porque somos hombres
y queremos serlo en plenitud
con vuestra ayuda y cercanía.
Dosso, 27 de octubre de 2022